Escéptico no quiere decir el que duda, sino el que investiga o rebusca, por oposición al que afirma y cree haber halladoAsí habló Unamuno, o mejor dicho escribió, pues la cita la extraigo de una epístola, "Mi religión", escrita por el filósofo en Salamanca, el 6 de noviembre de 1907, posteriormente publicada en 1910 dentro de la recopilación "Mi religión y otros ensayos".
Rvr me ha llamado la atención sobre el podcast "Point of Inquiry", que cada viernes entrevista a un filósofo, científico o prominente escéptico "profesional", como Richard Dawkins o Daniel Dennett. Esta semana le tocaba el turno a Paul Kurtz, el presidente del Center for Inquiry, hablando sobre "escepticismo de la tercera clase"1. Como la entrevista va a ser filosófica sobre el propio escepticismo, el pocast abre con un par de definiciones de escéptico, una el origen etimológico del término (griego skeptikos) y la otra la cita de Don Miguel (que, por cierto, datan incorrectamente en 1924; debe ser la traducción al inglés).
Y ahí he tenido que parar el podcast. Unamuno no creo que pretenda negar el absoluto papel central de la duda para el escéptico, ya que él mismo cita la etimología de la palabra para dar su definición. Creo pues que mejor quedaría si dijese "escéptico no es sólo aquél que duda, sino el que además investiga o rebusca". La duda es el primer paso en el camino hacia el verdadero conocimiento, pues para aprender algo primero tenemos que identificar esa laguna en nuestro saber y, una vez hecho esto, tratar por los medios posibles de llenarla de manera satisfactoria. Es más, cuando alguien nos afirma algo que desconocíamos, automáticamente se nos debe plantear una pregunta nueva. Donde teníamos una laguna de conocimiento, ahora tenemos algo que la llena, pero no sabemos cómo se ha llegado de una situación a la otra, así que cada afirmación que nos encontremos es en realidad una fuente de duda, fundamentalmente metodológica. O debería serlo.
Creo que Unamuno estaría de acuerdo, como parece estarlo Kurtz, que empieza diciendo que escéptico es el que duda, (se) pregunta e investiga, para seguir afirmando el papel central de la duda como punto de partida. De partida, sí, pero no punto final. Y hasta ahí estamos de acuerdo.
Kurtz distingue 3 tipos de escepticismo. El primero sería el radical nihilista que él también identifica en las postmodernas corrientes de pensamiento; el segundo es el radical "sensato" de Hume que es el que yo defiendo aquí; y el tercero es algo raro que no logro diferenciar del segundo tipo. Habla de que el escepticismo no se queda en la duda (el nihilista) sino que incentiva la búsqueda de la verdad. Debo asumir que él cree que ésta es alcanzable y que ésa sea la diferencia con el escepticismo empírico de Hume (lo que convertiría esta "tercera fase"1 en una defensa de lo que llamé realismo ingenuo2), porque por el resto simplemente pareciera que es una modernización de la segunda vía (como el posmodernismo es una modernización de la primera).
Para mí la duda como punto final no tiene sentido, claro que no. Él critica el escepticismo radical que afirma (jeje) que el conocimiento absolutamente preciso de la veracidad de una afirmación es imposible, simplificándolo como "el conocimiento no es posible". Esa simplificación absurda, aunque ha sido defendida por muchos, no lo niego, no deja de ser un "hombre de paja" muy útil para desmontar el problema ontológico sobre el conocimiento: la existencia de la realidad es en sí misma una afirmación que debe poder ser demostrada, pero, oh sielos, que me diga alguien cómo. Tampoco hay que ponerse tan radical, de todos modos. Otra manera de ver el asunto, y que debería ser bastante obvia, es que no tenemos acceso directo a esa realidad, la veracidad de una afirmación (aunque sea científica) no es algo que nos sea revelado de manera evidente. Nunca tendremos una confianza total en la validez de un modelo construido, siempre deberemos dejar la puerta abierta a ulteriores mejoras fruto de nuevos hechos descubiertos que no encajan del todo en dicho constructo teórico.
Así que, en cierta medida, la duda es principio y fin, alfa y omega, puesto que toda duda es el comienzo de una investigación que debe culminar en una afirmación sobre la realidad que, desafortunadamente, no podemos estar seguros que sea absolutamente correcta, de modo que surge la duda sobre la veracidad de ese conocimiento adquirido nuevamente. Eso sí, que no podamos llegar nunca a la verdad absoluta (modelo=realidad, suponiendo que ésta exista, que parece lógico, pero puede ser que sólo lo parezca ;-) no significa que toda la empresa científico-filosófica sea un absurdo que deba ser abandonado, o que cualquier cosa que se afirme tenga la misma validez, ya que el punto de partida y el final no son idénticos. Nuestra percepción del mundo que nos rodea ha cambiado gracias a ese proceso que es la investigación, antes no teníamos una explicación (natural) para algo y ahora sí la tenemos, o hemos reemplazado una explicación previa por una mejor. Y sólo por eso la inacción (o el relativismo) se caen por si mismos.
En resumen, el escepticismo para mí más congruente, el que es llevado al extremo, no implica en modo alguno una inutilidad de la investigación (científica).
1. "Escepticism of the third kind" en el original, reminiscente de "close encounters of the third kind", que fue traducido al castellano como "encuentros en la tercera fase".
2. Ensayo sobre mi escepticismo