Sigo sin ordenador. Quicir, mi portátil sigue sin funcionar, cosa por otro lado normal porque no he logrado reparale la avería y no es de esperar que se arregle solito por tomarse un par de meses de vacaciones (aunque con los humanos funciona, habría que investigar esa posibilidad...). ¿Por que no he logrado repararla? Muy sencillo: porque el maldito ordenador es un HP. Normalmente eso significaría todo lo contrario, un servicio técnico especializado y capaz de reparar cualquier eventualidad. Sí, y es cierto. El problema es que dicha reparación incluye gastos de envío a Inglaterra (por UPS), con la correspondiente vuelta, Y un precio fijo por reparación: 324 ¤. Si hubiese estado en garantía no me habría importado lo más mínimo, pero al tener que desembolsar yo la suma, me he puesto muy quisquilloso con eso de tener que pagar una tarifa fija por cualquier reparación que involucre el tener que abrir el cacharro y cambiar una pieza (sí, el precio es fijo SEA CUAL SEA la pieza a cambiar). Y como que me parece excesivo pagar 324 lerus por cambiar algo tan estupido como el enchufe de la toma de alimentación, que ha quedado holgado y el cable ya no hace contacto.
Si, el problema es tan tonto como abrir el ordenata y "apretarle las clavijas". Pero yo lo he intentado y, a falta de mapa con la localización exacta de todos los tornillos, soy incapaz de abrir el maldito cacharro. He llegado al punto de sospechar que la aplicación de algo de fuerza bruta (cuidadosamente dirigida, eso sí) es necesaria en el proceso, así que he desistido (hasta la fecha) del DIY y he buscado, sin éxito, algún técnico que supiera qué se tenía entre manos. Si fuese un PC clónico, de estos de montar por piezas, haría siglos que lo tendría listo, pero como es de marca, nadie se atreve a ponerle un dedo encima (mejor dicho, dentro). Todos, absolutamente todos los sitios que he visitado me dicen lo mismo: que ellos lo arreglan gestionando el envio a HP. Bueno, no lo dicen pero se intuye.
De modo que me he vuelto a plantear la opcion casera. Aprovechando que he vuelto a casa por Navidad cual turrón, utilizaré la pericia de mi querido hermanito para una última intentona. Si fracasamos de nuevo, buscaré algun sitio de reparación. A ver si esa proverbial fama española de chapuzas está justificada y encuentro a alguien si no capaz, si con los cojones necesarios para abrir el portátil y darle una buena ración de alicates.