En 1939, Carleton Coon dibujó su idea de un Neandertal bien afeitado y con vestimenta moderna. Posteriormente, William Straus Jr. y A.J.E. Cave postularon que los hombres de Neandertal, prolijos y bien vestidos, podían pasar inadvertidos en un subterráneo de Nueva York 1.Aunque nuestro conocimiento sobre la morfología neandertal ha mejorado espectacularmente, aún hay gente que sigue diciendo que "según los expertos, si a un Neanderthal le pusiéramos corbata y le soltáramos en la Quinta Avenida de Nueva York, pasaría por un Homo sapiens"2. Para desmentir esto, Juan Luis Arsuaga e Ian Tattersall montaron un esqueleto neandertal en una exposición sobre Atapuerca en Nueva York. Ahora, si buscas un neandertal en nueva york encuentras antes referencias a la exposición que a la leyenda urbana, pero aunque Internet ya lo sepa, el inconsciente colectivo aún no.
Efectivamente, cualquiera que tenga en sus manos (o ante sus narices) un cráneo neandertal podrá ver cuán diferentes eran. Más robustos, su cuerpo parecería el de los esquimales, quizá como resultado de la adaptación al clima glacial europeo. Pero su cráneo típico (que, como en todo, hay cierta variación natural) no se encuentra hoy en ninguno de los seres humanos que hollan la faz de la Tierra. Si acaso, podemos encontrar rasgos robustos en algunos humanos modernos que serían como los rasgos gráciles entre los neandertales prehistóricos.
El caso es que neandertales y cromagnones coexistieron en Europa durante al menos 10.000 años, entre hace 40.000 y 30.000 años. Compartir espacio vital durante tan largo periodo de tiempo implica que unos tuvieron que tener contacto con los otros. De hecho algunos creen que tuvieron tanto contacto que los europeos modernos son una mezcla (desde luego, no a partes iguales) de ambas especies. Aunque eso nunca sucedió en realidad, esto no niega la existencia de contactos (incluso los sexuales, por qué no; burros y caballos tienen mulas estériles) así que si la edad de piedra es una fuente de misterio, este aspecto en particular es un nicho que ha sido explotado literariamente con mucho éxito por Jean M. Auel en el célebre libro "El Clan del Oso Cavernario". En este libro la protagonista, una mujer cromagnon, sufre repetidas violaciones por parte de un neandertal, quedando embarazada y dando a luz a "una abominación de espíritus mezclados".
Más allá de la fantasía literaria, esto podría haber ocurrido en la realidad. De hecho hay varios casos de fósiles hallados que poseen características intermedias entre neandertal y cromagnon, o bien que son 'individuos mosaico' ya que poseen caracteres tanto de unos como de otros. Generalmente son muy controvertidos; el más famoso es el niño de Lagar Velho (Portugal) 3, pero hasta Milford Wolpoff (ponente de la hipótesis multirregional) tiene sus reservas.
Mediante estudios filogenéticos utilizando DNA mitocondrial de una amplia variedad de poblaciones humanas modernas y el extraído a partir de los restos óseos fósiles neandertales con el estado de conservación adecuado, se ha podido determinar con bastante fiabilidad que los neandertales no han aportado material genético a nuestra especie. Dicho de otro modo, los híbridos cromagnon-neandertal, de haberlos habido, serían estériles, y por lo tanto no descendemos en modo alguno de los neandertales.
Un neandertal encorbatado, paseando por la Quinta Avenida, no pasaría en absoluto desapercibido. Ni nos parecemos físicamente, ni genéticamente.
1 Jerry Dobson (1999) GeoInformación, 5:46
2 Juan José Millás
3 Duarte C., Mauricio J., Pettitt P.B., Souto P., Trinkaus E., van der Plicht H. et al. (1999): The early upper Paleolithic human skeleton from the Abrigo do Lagar Velho (Portugal) and modern human emergence in Iberia. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA, 96:7604-9.