La vida del doctorando siempre empieza cabizbaja (¡espero que algún día deje de serlo!). Sí, mucha ilusión, que lo que más se necesita son ganas, pero eso no te saca de cabizbajo ilusionado. El que no anda criando joroba porque no consigue la ansiada beca, anda mirando al suelo porque consiguió un contrato... en el extranjero.
Lo que echo de menos subir a la biblioteca de mi antiguo departamento a tomar el cafe y tener en la mesa el Diario de Alcalá (pa chovinistas los alcalaínos). De ayer, eso sí, que el listo del conserje se lo guarda para él; no es que importe demasiado, total es el diario de Alcalá. Pero aquí el Leidsch Dagblad no hay quien lo entienda, y además no estamos ni siquiera suscritos. Tampoco es que importe, porque no tenemos reuniones "oficiales" a la hora del café; total, nos esperamos para el almuerzo de las doce...
Gracias a Lola por recordarme lo sensible que es Forges para estas cosas.